Desde hace mucho tiempo, han existido varias teorías sobre las fuentes de la tartamudez. Por ejemplo, en la antigua Grecia, se pensaba que era causada por la sequedad de la lengua. En el siglo XVII, el físico Fabricus Hildanus, cirujano alemán creía que la tartamudez se debía a que el frenillo de la lengua tenía un grosor anormal. Otros han atribuido la tartamudez al nerviosismo, al estrés o la ansiedad. Sin embargo, hasta hace poco tiempo se han encontrado sus causas hereditarias, genéticas y neurológicas. A continuación, abordaremos cada una de ellas.
¿Qué significa que una condición sea genética? Significa que existe una alteración en los genes. Según las investigaciones de Dennis Drayna y Changsoo Kang, en el caso de la tartamudez, se han encontrado mutaciones en el gen GNPTAB del cromosoma 12 (lo cual está relacionado a su carácter de hereditaria) y en los genes GNPTG y NAGPA. “Las mutaciones en estos genes interrumpen la ruta de orientación lisosomal que genera la señal de manosa 6-fosfato, que dirige un grupo diverso de enzimas a su ubicación objetivo en el lisosoma de la célula.”
La tartamudez es hereditaria pues se transmite de padres a hijos. La mutación en los genes que están relacionados a la tartamudez ha pasado por 570 generaciones, es decir que ha estado presente por 14,000 años. Cabe mencionar que la tartamudez no se hereda en patrones simples como los tipos de sangre o las pecas.
También se ha observado que la herencia más común es de padre a hijo, ya que la tartamudez es más frecuente en hombres. Este es el caso de Erasmus Darwin y Charles Darwin: ambos eran tartamudos.
Ahora abordaremos las causas neurológicas de la tartamudez, las cuales involucran al cerebro.
Una de las teorías sobre las causas neurológicas es que, al igual que el síndrome de Tourette, la tartamudez es causada por un aumento del neurotransmisor dopamina. Es por ello que se han usado medicamentos para estabilizar la cantidad de químicos en el cerebro, sin embargo, estos tratamientos han mostrado efectos secundarios y no están regulados por la FDA (Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos de América).
En adición, se ha observado que en las personas normofluidas, el hemisferio cerebral izquierdo, que dominan el lenguaje, es más activo durante las tareas del habla y el lenguaje, mientras que, en las personas tartamudas, se activa el lado derecho.
Aún queda mucho por investigar acerca de la tartamudez, mientras, nosotros nos ocupamos en la solución. Nos dedicamos a crear nuevas conexiones neuronales por medio de la práctica y, paralelamente, trabajamos en reinterpretaciones para pensar desde la comunicación y no desde la tartamudez. A Proyecto Ernest le apasiona la transformación que muchas personas han tenido en sus vidas.
Para demostrártelo, te contaremos las historias de miembros de nuestra comunidad que han tenido resultados extraordinarios.
Iñaki Intriago: un joven estudiante mexicano. Le daba muchísimo miedo presentarse con personas nuevas. Después de participar en Proyecto Ernest, ha cambiado de mentalidad y ha dejado de prestar atención a las críticas.
Conoce más sobre su experiencia con la tartamudez en el entorno estudiantil en el siguiente link: https://www.youtube.com/watch?v=zcxRPqJiWgI
Laura Díaz. Una mujer joven que pasó de no poder pronunciar palabras sencillas a dedicarse a coordinar numeroso personal de ventas y ampliar sus horizontes en el campo laboral. Pero ella te lo puede contar mucho mejor: https://www.youtube.com/watch?v=YTR0zOvx2oA
Iván Morales. Un diseñador web de la Ciudad de México. Cuando superó el no poder terminar una frase por la tartamudez, se abrió camino con confianza y con asertividad para emprender y ahora nos puede contar sobre su proyecto con seguridad total https://www.youtube.com/watch?v=MHwcZ47_eTA .
Olash Quintanar. Dejó de cargar con el pasado para lograr sus objetivos en el mundo y potencializarse hasta convertirse en una persona exitosa. Puedes ser testigo de la gratitud que muestra hacia Proyecto Ernest en el siguiente video. https://www.youtube.com/watch?v=eAEtA2YDnSw
