Tienen bien claro lo que quieren decir y cómo quieren expresarlo, pero las palabras no le salen o se atoran; el miedo los invade y se “tropiezan” constantemente con sílabas o sonidos de una letra… aparecen las burlas y con el tiempo ellos prefieron ya no hablar y se encierran en un laberinto linguístico sin salida llamada tartamudez